UNED Pamplona cuenta con 668 estudiantes dentro del programa de UNED sénior y con 1.610 matrículas en las diferentes asignaturas ofertadas durante el presente curso académico.
Gabriel Basterra, con 74 años, es uno de esos 668 alumnos. Cuando se jubiló con 70 años, tras 43 años en la docencia (Liceo Iruña, Instituto Príncipe de Viana, UNA y UPNA); y 36 de ellos como profesor tutor de Matemáticas, Economía y Dirección de Empresas en UNED Pamplona, decidió sentarse de nuevo en el otro lado de la clase y eligió al centro para esta nueva experiencia: “No quería una enseñanza reglada, porque no me gustaba su sujeción. Simplemente me interesaba saber un poco de arte, manejar el concepto de la nube y poder ponerlo en práctica con mis hijos”.
Curiosamente se ha matriculado en asignaturas que, en principio, poco o nada tienen que ver con las matemáticas (Historia del Arte en Navarra, Historia del Antiguo Egipto y trabajando “en la nube con herramientas de fotos, vídeo y audio”): “El arte siempre me ha gustado, pero con estos cursos ahora puedo llegar al detalle. Puedo contextualizarlo y entender cosas que antes, simplemente, me parecían bonitas. Estuve matriculado en un curso sobre Egipto y el tema de la construcción sí que está más relacionado con la matemática; en el mundo pictórico quizá menos, pero, por ejemplo, la luz, cómo está iluminado un cuadro, también es matemática”.
Basterra se enorgullece de su condición de alumno, aunque quizá nunca se abandone el espíritu académico: “La mayor diferencia que ahora encuentro es que como profesor tienes la responsabilidad de ser capaz de transmitir la información. Ahora, la idea es la contraria. Me preocupa ser capaz de recibir esa información. He tenido la suerte de coincidir con dos profesoras que saben una barbaridad y son buenas comunicadoras. Sin duda es más fácil ser alumno que profesor y el programa de UNED Sénior es absolutamente recomendable para las personas adultas”.
Es consciente que su motivación no es la misma que la que tenían sus alumnos mayores de 25 años y de 45 años a los que ha dado clase en UNED Pamplona; muchos todavía le recuerdan: “La gente en estas edades viene a estudiar y una de las cosas más satisfactoria es haber contribuido a su formación. Por ejemplo a mí me mueve el interés por el arte; no me lo planteo desde el punto de vista de la formación. Soy una persona inquieta con muchas aficiones y, si no estuviera aquí, me encontraría haciendo casitas de muñecas para nietas”. Reconoce que la lectura es otra de sus pasiones, pero “libros en papel, hay que sentir lo que se lee”.
Gabriel Basterra sigue de reojo las matemáticas. De momento, dice, que los nietos –tiene 10 y uno más en camino- no le van mucho con los problemas matemáticos. Deberían porque este profesor tiene la teoría de que las matemáticas se pueden y deben dulcificar. “Las matemáticas son abstractas, pero tienen un lado práctico que hay que encontrarlo”. Él, sin duda, lo ha hecho, siguiendo, además, la estela de su padre, también matemático. Todo este conocimiento lo han podido disfrutar los alumnos de UNED Pamplona durante 36 años.
Ahora disfruta del arte navarro con la asignatura que más estudiantes tiene dentro del programa con 94 alumnos.